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Tercera solapa

Entrevista con Mónica Sanz: la traducción tras «La fe de Tolkien»

Traducir un texto de una lengua a otra es un arte complejo y fascinante. Requiere una precisión que va más allá de las palabras, como si fuera una danza delicada entre dos lenguas. Es necesario captar la esencia de las ideas, los sentimientos y la cultura del texto original para que cobren vida en la nueva lengua.

Conversamos con Mónica Sanz Rodríguez, una reconocida traductora y especialista en la obra de J.R.R. Tolkien. Con ella nos adentraremos en los desafíos y satisfacciones que supone traducir una obra tan especial como es «La fe de Tolkien» de Holly Ordway.

Traducir no es solo un oficio, es un acto de amor por las palabras y, sobre todo, por las historias, valores, ideas y descubrimientos que encierran. Mónica lo demuestra con cada una de sus traducciones, llevando la magia de Tolkien a nuevos lectores. En esta labor, encontramos una alquimia que une culturas y épocas a través del lenguaje.

Para empezar, ¿podrías contarnos quién eres y cómo llegaste al fascinante mundo de la traducción?

Me llamo Mónica Sanz Rodríguez, nací en Segovia y ahora vivo en Mallorca. Estudié Filología Inglesa y me especialicé en Literatura de las Islas Británicas. Actualmente, trabajo como traductora y revisora editorial, enfocada principalmente en la obra de J.R.R. Tolkien, a quien llevo estudiando unos 25 años. Mi entrada al mundo de la traducción comenzó colaborando con la Sociedad Tolkien Española, traduciendo artículos especializados de expertos internacionales. Luego, recibí una oferta para traducir una obra para Minotauro, el sello de Editorial Planeta que posee los derechos de las obras de Tolkien en castellano. Desde entonces, no he parado de traducir textos sobre y de Tolkien, tanto para Minotauro como para otras editoriales, incluida la editorial Mensajero.

Tolkien es un autor universal que aborda verdades a través de la ‘aplicabilidad’, es decir, la participación del lector para dar forma a lo que se narra.

¿Qué es lo que más te atrae de la obra de Tolkien y cómo influyó en tu decisión de traducir sus textos? ¿Es «La fe de Tolkien» el primer libro suyo que has traducido?

Me atrapó a los nueve años, cuando leí «El hobbit» por primera vez. Tolkien es un autor universal que aborda verdades a través de la «aplicabilidad», es decir, la participación del lector para dar forma a lo que se narra. Sus textos se pueden interpretar desde múltiples perspectivas, a diferentes edades y en diversas circunstancias, encontrando siempre referencias a esas verdades que cambian con el tiempo. «La fe de Tolkien» no es la primera obra que traduzco sobre el Profesor, pero ha sido una de las más especiales. Como investigadora, descubrí muchos detalles interesantes que aportan una dimensión humana y literaria a su figura.

En tu opinión, ¿qué novedades y sorpresas aporta «La fe de Tolkien» a los seguidores incondicionales de su obra?

Este libro ofrece muchos datos nuevos y una dimensión personal más amplia y matizada, con un marco histórico detalladamente investigado. Presenta una cualidad humana que impactará a cualquier lector. Aunque está dirigido a quienes desean conocer más sobre cómo Tolkien vivía su fe católica y cómo esta influyó en su vida, también ofrece una visión biográfica llena de detalles cruciales sobre él.

¿Qué pueden descubrir los lectores en general sobre la vida y personalidad de Tolkien a través de este libro?

Muchas personas creen que Tolkien tuvo una vida acomodada y monótona. Este libro revela que su vida fue muy azarosa desde el principio: la orfandad de padre, el rechazo familiar tras la conversión de su madre al cristianismo, las dificultades económicas, la dependencia de becas y la orfandad absoluta a los doce años. Fue tutelado por un sacerdote y tuvo que luchar a nivel personal y espiritual para construir su futuro. Tolkien, con una mente privilegiada desde niño, merece ser conocido por todo tipo de lectores.

Plasmar los momentos más gloriosos y terribles con la misma maestría que Ordway requirió un gran esfuerzo literario.

Al enfrentarte a la traducción de este libro, ¿cuáles fueron los principales retos y qué momentos te han proporcionado más satisfacción?

Más que dificultades, lo llamaría retos. El libro de Holly Ordway es extraordinario, y supe que haría todo lo posible por hacerle honor. Elegir una versión de la Biblia para citar versículos fue un viaje apasionante, ya que Tolkien conocía varias versiones desde pequeño. Traducir fragmentos de sus diarios personales, misales de diversas épocas y retraducir partes de su obra para ajustarlas a la versión original fue muy delicado. Plasmar los momentos más gloriosos y terribles con la misma maestría que Ordway requirió un gran esfuerzo literario. Estos retos me sumergieron aún más en la obra y me llenaron de una satisfacción inesperada.